Cada día te encontraba
yo en mi mente
cuando toda ella ocupabas,
tú dejabas
a mi corazón inerte.
Tan herido,
que acercándose la muerte
con leves pasos fingidos
puñaladas de amor fuerte
le clavaba.
Y mi corazón quedaba
tan hundido
por el desamor sufrido
que este a tan solo un suspiro
de la muerte se quedaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario