Extendían un leve velo.
Cubría cada rincón oscuro, cada cristal roto, cada sueño perdido.
Había sonrisas en las caras de los habitantes de ciudad Hipocresía. Todo brillaba en el lugar y lucían sus mejores colores.
Nunca se preocuparon de mirar bajo el velo.
Nunca iluminaron esos rincones, no unieron los cristales, ni ayudaron a rescatar los sueños.
La vida era más fácil haciéndose los ciegos.
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ResponderEliminarMe encanta. (He eliminado el otro comentario sin querer, pero ponía lo mismo x) )
ResponderEliminarJajaja, muchas gracias :)
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