Él estaba convencido de
todo en lo que creía y siempre había
luchado por defender aquellas creencias.
Un día decidió mostrarle al mundo que tenía razón, y
se embarcó a la deriva con el fin de encontrar el límite de la Tierra. Si ésta
era plana, tendría que tener un final.
Pasó días enteros
en su pequeña barca haciendo frente al frío de la luna y también al fuerte calor del sol, al hambre y a la soledad.
Hasta que uno de esos
días, en la inmensa oscuridad de la noche, vio una intensa luz a la que se
aproximaba poco a poco.
Había encontrado el
final, el límite, pero no era más que el de su propia vida.
Era otro pobre loco que
moría defendiendo algo imposible.
si de verdad confias en tus creencias estas dispuesto a comprobarlo asta llegar al final, aunque luego esa lucha halla sido en vano
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