El fuego se levantó,
Llegando a cada
rincón,
Prendiendo todo a su alrededor.
Mi corazón se incendiaba con sus llamas,
Ardía de dolor.
Pero no pudo llegar a los corazones
Helados y con espinas,
Corazones que se quebraban lentamente.
Mi interior suspiraba de angustia
Al tacto del calor.
Un piano triste sonaba al fondo de la sala.
Él también ardía.
Desprendía olor a flores y lloraba.
Su perfume entró dentro de mí
Y apaciguó mi corazón quemado.
Su perfume entró dentro de ellos
Y descongeló sus corazones helados,
Cerró sus grietas.
Su música levantaba una ráfaga de viento
Que consiguió apagar el fuego.
El viento revolvió todas las cenizas,
Y éstas, quedaron enterradas
Para siempre
Dentro de mí.
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